viernes, 26 de junio de 2015

ABRIENDO EL ALMA

Luz sentida, amada, 
deseada, querida.
Sin más herramientas que mis manos
para acogerte, 
sin más sueños que los tuyos
para enredarte en mi pelo 
y en mis anhelos.
Luz empoderada,
poderosa, 
construida y anhelada.
Se me hace un mundo
recorrer contigo
los pasos que ya dimos, 
esos que nos costaron tanto,
esos que nos dolieron en el alma
y que nos curamos a base de buenos momentos.
Miro atrás y allí te encuentro,
desnuda, con fuerza, 
perfecta.
Acogida en mí
para siempre
por esta candela que un día encendiste
y que lucho por mantener agitada,
activa, luminosa, 
presente. 

Una de mis coplas preferidas, me la cantaba mi madre de niña...

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