domingo, 24 de agosto de 2014

DESDE MI BALCÓN

Nada pasa por casualidad. Lo he comprobado a lo largo de mis pasos, cada día. 
A cada paso que doy, me susurro a mi misma todo lo bueno que me llegará. Y si llegan cosas menos buenas, tendré capacidad suficiente y calmada para enfrentarme a ello.
Nada pasa por casualidad. La gente que me rodea, la gente que encontraré en mi andar, la gente que pasó por ese mismo camino que ya no compartimos. 
De todo aprendo, de todo guardo en mi mochila de la vida enseñanzas, sabiduría, sonrisas...Me imagino como en el Cuento de La sopa de piedra, Kaminanta en búsqueda que navega y explora todo lo posible. Siempre con ganas de aprender, siempre con ganas de abrirse al mundo y sentir. 
Todo sucede por si mismo, lo dice Chambao. Lo digo yo desde hace años: existen las Causalidades, no las casualidades. 
Seguir creyendo en que el mundo puede cambiar es empoderarse día a día e ir generando cambio allá a donde lleguen nuestros pies. 




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