martes, 29 de julio de 2014

LEER EN LOS OJOS DE LA VIDA

Camino con los pies descalzos, 
segura en el agua turbulenta que 
acaricia mi desnudez.
Me empapo hasta la médula, 
hasta el corazón de este agua poderosa que me trae y que me lleva 
como dije en un poema. 
Leía esta mañana a Miguel, 
tranquila y sosegada. 
Poeta de la guerra, del hambre y de la tierra. Muerto en vida por sus ideas ancladas 
al coraje y a la vida. 
Leía a la vez, en los ojos de la gente, 
despacio y con calma. Sus miradas en la mañana dicen 
tanto que sorprende e inquieta. 
Leo cada día las lineas de mi mano, 
las mismas que quedan dibujadas en la arena cuando el agua se marcha de su lado. 
Mis pies van dejando huellas, unas más marcadas, 
otras más suaves. Al fin y al cabo, caminar era esto. 
Unas veces voy calzada, acompañada otras. 
Unas veces siento frio, otras tirito de risa que me da del cosquilleo de la vida. 
Unas veces me reflejo en las aguas, otras el sol se descuelga poderoso bañando ansioso todo mi universo. 
Camino. 
(Foto: verano del 2006, el Playazo, Cabo de Gata, Almería)

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