martes, 5 de noviembre de 2013

ALTO...

ALTO ¡ Eso gritan cada día miles de mujeres en mil rincones del mundo en los que sus derechos, los nuestros, los de todas, son vulnerados...En el enlace que vuelco en esta entrada se cuenta la historia de una de ellas, Kakenya Ntaiya, ella fue capaz de decir que no...
pero ojo, fue un no muy condicionado; aceptó ser mutilada genitalmente si le permitían estudiar. 
Me revuelve tanto este articulo. 
Que precio tan caro, tan duro, tan propio e intimo para poder construirse como persona. 
Que dolor tan inmenso y eterno el que le quedará a esta mujer para siempre. 
Por eso ella ahora pretende que las niñas de su país de origen no soporten esa "esclavitud". Esclavitud con todas las letras y significado que tiene esta palabra. 
Será que ando yo muy revolucionada interiormente leyendo a Galeano en "Las venas abiertas de America Latina", 
será que estoy comprendiendo muchas de las lagunas que me quedaron en la memoria en las clases de historia cuando niña y adolescente...
Será que la esclavitud sigue hoy vigente, no lo duden: es así. 
Cuando trabajé aquellos 2 mesecitos para MSF siempre buscaba, para contarle a la gente, proyectos en los que se defendiera el derecho a la salud de las mujeres. Y desde ahí, introducía mi cuña de género...como podía. 
Recuerdo cómo reaccionaban las jóvenes principalmente y enseguida se motivaban para colaborar. 
Supongo que la vida no es fácil, a cada quien le duele lo suyo. 
Pero a mí, como a MSF, me duele el dolor ajeno...
y busco la manera de mostrar nuevos caminos y maneras de hacer que al menos reduzcan los malestares de la gente. 



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